Antes de ser vendida para convertirse en la amante del príncipe bastardo, le propuso matrimonio por contrato al duque. “¿Tu padre te permitirá casarte conmigo?” "No. Así que sólo hay una manera”. "Tienes que tener un accidente". Para un pervertido, hay que romperle la cabeza para disfrutarlo. Metió una bala en un callejón gángster e incluso derribó al príncipe de un país vecino. El hombre resopló. “Qué arrogante para un sujeto cautivo. "Si es Bornes, no creo que ni siquiera los bastardos de esa casa sean groseros". Arianne dijo con una sonrisa. “No tenemos perros en nuestra casa. El dueño ya es un perro”. La azarosa historia de Arianne Bornes, una mujer que parece una villana pero no lo es.
